El hambre de medianoche lleva al protagonista a una joven con la que la noche se pone caliente. Ya no es una chica inocente ni una adolescente; más bien una mujer atractiva y tetona que está lista para cumplir sus fantasías. Luego la provoca con una mamada y luego se la mete con los dedos como una estrella porno haciendo que la audiencia pida más.