Esta sirena sensual, una zorrita voluptuosa con una inclinación por lo travieso, se encuentra en un predicamento precario.Además de su alquiler, se cita a la morada de su casero, un hombre notorio por su estricta adhesión a la ley.Sin embargo, esto no es su casero promedio.Es un conocedor del carnal, y está más que dispuesto a enseñar una lección a esta gordita gordita.Cuando ella se agacha, presentando su amplia posterior para su disciplina, comienza su castigo, su mano firme golpeando sus jugosas mejillas.Pero esto es solo el comienzo.A medida que se intensifica la nalgada, también lo hace la pasión.Los caseros exploran las áreas más íntimas, dejándola sin aliento y ansiosa por más.Recíproca, su boca tomando ansiosamente su palpitante hombría.La mesa se convierte en un parque de juegos de placer, la única regla es que no hay reglas.Esta ninfa traviesa recibe el castigo que ansía, y luego algo así.
