No soy el típico chico cuando se trata de sexo.No follo, pero si tengo una preferencia.Me atraigo hacia un gran eje de ébano, una verga monstruosa que se alza sobre mí como unas paredes de castillos.No es solo del tamaño, sino de la potencia, el dominio, que agita algo dentro de mí.Es una mezcla de miedo y deseo, una mezcla tentadora que me estremece por la columna.Soy una esclava de esta lujuria, cautivadora de este antojo.Y mi ama, lo sabe bien.Ella se deleita en mi sumisión, en la forma en que me rindo a cada capricho.Es una dominatrix femme, una diosa bisexual que se complace humillándome, en hacerme de rogar por más.Y así, lo hago.Suplo, lo suplico, le ruego por ello.Porque eso es lo que ella quiere.Eso es lo que quiero.Eso lo que ambos obtenemos de esa gran verga negra.
