Un hombre conocido por su ladrones fue detenido en la oficina de seguridad de la tienda a la que acababa de robar.El encargado de la comercialización y unos cuantos empleados de seguridad lo esperaban, dispuestos a darle una lección.Decidieron hacerle pagar sus delitos de la manera más humillante posible.Le despojaron de su ropa y le ataron a una silla.Luego, se turnaron para follárselo mientras él todavía estaba atado.El hombre se vio obligado a practicarle sexo oral al encargado y a uno de los guardias de seguridad.El encargo incluso permitió que uno de los guardas se follara a la esposa de los ladrones mientras él seguía siendo follado.El hombre luego fue castigado un poco más al verse obligado a chupar a otro guardia antes de que lo soltaran.Sin embargo, este no era el final de su castigo.El encabezador de la corporación dejó claro que si alguna vez cometía tal delito nuevamente, estaría de vuelta en la oficina, dispuesto a castigarlo aún más duro.
