La velada comenzó con una cena con velas, mientras mi amor y yo nos entregamos a un tiempo de calidad.El ambiente era íntimo, el aire pesado de deseo.Mientras disfrutabamos de nuestra comida, mi amor me provocaba, exponiendo juguetonamente mi trasero a él.Este acto inofensivo encendió una llama dentro de él, y antes de que lo supiera, sus manos estaban explorando mis curvas, sus besos bajaban por mi cuello.La transformación de amante a cliente fue rápida, ya que reveló sus verdaderas intenciones, ofreciendome una suma de dinero para cumplir mis deseos más profundos.Lo que siguió fue un encuentro salvaje y apasionado, mientras me tomaba de todas las formas posibles, dejándome sin aliento y satisfecho.Este encuentro fue más que un rápido intercambio, fue un testimonio del poder del deseo crudo y sin filtros.