En mi cumpleaños, mi hijastro decidió darme un regalo inolvidable.Sabía que siempre había sido un gran fan del sexo anal, y quería cumplir mis sueños más salvajes.Después de desnudarse, pude ver crecer su excitación, y lo tomé con ansias en mi boca.El sabor de él era embriagador, y no pude evitar chupar con más fuerza, clavándomelo de forma salvaje.Luego me guió al sofá, donde me posicionó en el estómago.Con una sonrisa, lentamente metió su gran verga en mi culo, enviando ondas de placer a través de mí.Gemí en éxtasis mientras continuaba embistiendo, cada movimiento de él me estremecía por la columna.Pero no se detuvo allí.Sólo para resbalarse en mí, cada vez empujando más fuerte y profundo que antes.Su gran verga estiró mi apretado agujero, dejándome más.Finalmente, llegó al punto de no retorno, y lo sentí liberarse dentro de mí, llenándome con su cálido y cremoso regalo.
