En una vivienda apartada y escurrida, Minami Nizimura y varias otras mujeres son sometidas a los crueles captores de su captor.Este no es tu secuestro promedio, es un juego retorcido de dominación y sumisión.Las mujeres son desnudas desnudos, sus cuerpos marcados con símbolos de su esclavitud.Sus gargantas están rodeadas de metal, sus pezones sujetados, y su piel pinchada de cera caliente.Las mujer no son solo víctimas, son participantes dispuestos en este macabro espectáculo.Su risa resuena por la habitación, un escalofriante recordatorio de su aceptación de su destino.Son masoquistas, atraídos por el dolor y la humillación a que son sometidos.No es solo una historia de cautiverio, es un cuento de poder y control.Se trata de la emoción de dominio, el atractivo de la sumisión, y la embriagadora prisa del dolor.Es un mundo donde el placer y el castigo son desenfocados, donde la línea entre víctima y voluntario es delgada.Este es la casa, un lugar donde los sueños de dominio y sumisión vienen a la vida.