Un chico adolescente rebelde, conocido por su comportamiento pervertido, fue pillado escondiéndose en el garaje de las familias a extrañas horas.Sus padres, exasperados por sus actos delincuentes, decidieron enseñarle una lección que no olvidaría.Reunieron un grupo de sus amigos más cercanos, cada uno ansioso por proporcionar el castigo que el chico tan ricamente merecía.El garaje, generalmente un lugar de herramientas y equipos almacenados, se transformó en un escenario para un sexo grupal salvaje y desenfrenado.El chico, ahora el centro de atención, fue sometido a una follada brutal y cruda por múltiples hombres, cada uno se turnaba para enseñarle una clase sobre el respeto y la responsabilidad.Esto no era solo cualquier sexo grupalmente ordinario; era una muestra de poder y dominio, un testimonio de las fechorías de los chicos.El jaraje resonó con los sonidos de carne azotando contra las carnes, los gemidos de placer de los chico se intercalaban con los gritos de dolor de los muchachos.Esto era un castigo que pronto el chico olvidaría, una lección grabada en su carne.
