Un hombre de mediana edad tenía un poco de problemas con su alquiler, y decidió acercarse a su casero para pedir ayuda.El casero, un anciano con un poco de vena traviesa, accedió a prestar una mano, pero no sin esperar algo a cambio.El joven estaba más que dispuesto a complacer, y mientras se ponía de rodillas frente al viejo, comenzó a chupar su polla dura y palpitante.El viejo gemía de placer, sus manos explorando el cuerpo del joven mientras lamía y chupaba su miembro palpitar.El joven luego se mudó a la cama del viejo, donde fue tomado por detrás, su coño apretado siendo destrozado por el viejo experimentado.El viejo continuó complaciendo al joven, su lengua explorando cada centímetro de su coño estrecho, invitando al joven a gemir de placer.Su cuerpo se retorcía bajo el toque hábil del viejo.
