Un dulce y pequeño trabajador de oficina rubio fue pillado escondiéndose en la oficina del jefe, y cuando el jefe entró, supo de inmediato que ella no era nada buena.La confrontó, y como la acusó de ladrona, lo negó.Sin embargo, cuando encontró algunos artículos robados en ella, sabía que ella era culpable.Luego la obligó a ponerse de rodillas y le hizo hacerle el sexo oral.Después de eso, la llevó al garaje y se salió con ella, obligando a que se atragantase y se atragantara mientras la follaba.Mientras terminaba, la llevó a prisión, donde continuó follándola, demostrando que podía hacer que cualquier chica de 18 o 19 años actuara como una verdadera puta.