Un chico joven, cabrón se recostaba en un sillón, disfrutando de la vista de dos chicas en bikini retozándose en la piscina.Poco sabía él, ya le habían puesto la mira, y no temían expresar su interés.Las chicas, ansiosas por convertir su juego inocente en algo más, no perdieron tiempo en seducirlo.Como a regañadientes cedió a sus avances, una de ellas se arrodilló ante él, separando su pantalón para revelar su deseo palpitante.La otra se unió, turnándose con ansias para darle placer con sus bocas mientras él correspondía en especie, explorando cada centímetro de sus cuerpos con sus manos habilidosas.Sin embargo, su insaciable apetito de placer aún no estaba satisfecho, y lo suficientemente pronto, ambas se habían subido a él, cabalgándolo con abandono salvaje mientras gemían y se retorcían en éxtasis.Esto marcó el comienzo de un inolvidable cuarte, un emocionante encuentro que dejó a todos completamente satisfechos.
