Mi cónyuge siempre había sido un poco mojigata cuando se trataba de autoplacer, pero finalmente decidió darle un tiro delante de nuestra mejor amiga.Era un espectáculo para contemplar pues lentamente revelaba cada movimiento, sus dedos explorando sus zonas más íntimas.El suspenso era palpable pues todos esperábamos a que ella llegara al clímax.Y cuando lo hizo, el resultado fue nada menos que espectacular.La polla de su mejor amiga se mantenía alta y orgullosa, dispuesta a reclamar su premio.La vista de ella ahí tirada, gastada y satisfecha, bastó para hacer que cualquiera se debilite en las rodillas.Pero el verdadero espectáculo llegó cuando desató su enorme carga, pintando su pecho con su caliente y pegajosa leche.Fue un espectáculo para ver, un testimonio del poder del placer y la emoción de lo desconocido.No fue solo una primera vez para ella, sino una primera para todos nosotros, y fue una que nunca olvidaríamos.