La emoción del encierro y el encanto de la fruta prohibida es una mezcla tentadora en este cuento erótico.Un hombre, atado por las reglas de la castidad, se encuentra encerrado en una jaula, su hombría encerrada, mientras su esposa se entrega a un apasionado encuentro con una voluptuosa belleza.La vista de sus curvas deliciosas y el rebotante derriere enciende un ardiente deseo dentro de él, sin embargo, no tiene poder para actuar.Su esposa, una sirena cautivadora con un cuerpo tatuado y un gran trasero invitante, es ajena a su encierre.Se regocija en la sensación de su mirada mientras sucumbe al placer, sus gemidos resucitando en la habitación.La vista del éxtasis solo sirve para agudizar su excitación, su cuerpo palpitante en la jaula.Esta es una historia de placer prohibido, de confinamiento y liberación, un baile de dominio y sumisión, donde la línea entre esposo y cornudo, y la emoción de la pujada es la única regla que importa.