Empecé una amistad con un chico rico, poco sabía que su esposa era toda una zorra.En una visita a su lugar, la tensión entre nosotros era palpable.Su esposa, una belleza despampanante, estaba ansiosa por mostrarme lo que ella tenía en mente.Cuando nos acogimos en el sofá, ella empezó a desnudarme, sus manos explorando cada centímetro de mi cuerpo.La vista de su cuerpo expuesto, sus labios exuberantes y sus senos tentadores, fue suficiente para hacer que cualquier hombre se debilite de rodillas.A pesar de estar casado, ella era una verdadera seductora, dejándome hechizado.Al darnos placer el uno con el otro, sus gemidos se hacían más fuertes, haciéndose eco en la casa vacía.El pensamiento de su esposo escuchando solo se sumó a la emoción, haciendo cada toque, cada beso más intenso.La pasión entre nosotros era innegable, y a medida que llegamos al clímax, sus fuertes gemidos llenaban la habitación, un testimonio del placer inolvidable que compartimos.
