J Masseur, un profesional experimentado, estaba listo para su último cliente cuando entró una belleza madura.Tenía unas ganas insaciables de placer, y J era solo el hombre para cumplirlo.El juego era simple: quien pudiera mantener la compostura durante el masaje ganaría un encuentro apasionado.J, siempre listo para un desafío, comenzó el masaje, sus manos trabajando expertamente en sus músculos doloridos.Mientras aceitaba su espalda, comenzó a provocarla con su polla endurecida.La belleza madura, incapaz de resistirse, lo llevó a la boca, sus experimentados labios trabajaban magia en su miembro palpitante.El masaje se convirtió en una sesión de follada en toda regla, las fuertes manos de J guiando cada movimiento.La vista de esta belleza madura siendo complacida por J era una vista para contemplar.El juego terminó en un final climático, dejando a ambos satisfechos y anhelando más.