He estado luchando por llegar a fin de mes, y cuando surgió la oportunidad de truequear favores sexuales de un lugar para vivir, me lancé a ello.Es una existencia cruda y brutal, pero es mejor que estar en las calles.Cada día, ofrezco mi cuerpo al primer chico que toca a mi puerta, desesperado por el dinero del alquiler que me mantiene amparado.El sexo es rudo, a menudo dejándome maltratado y morenado, pero es un precio que estoy dispuesto a pagar por un techo sobre mi cabeza.Cada vez, soy tomado por detrás, mi culo follado sin descanso hasta que me quede chorreando de semen.No es la vida que quería, sino la que me han repartido.Solo soy otra chica tratando de sobrevivir en este mundo, intercambiando su cuerpo por un lugar para recostar su cabeza.