Después de un largo día de trabajo, me encuentro en medio del afán de las ganas, pero mi hermanastra es la única que hay en casa.Con su marco pequeño y sus tetas pequeñas, ella es el epítome de la inocencia.Sin embargo, debajo de su fachada inocente se encuentra un lado salvaje que siempre he fantaseado con explorar.Al entrar al baño, le vislumbro, sus dedos explorando sus zonas más íntimas.No puedo resistir la tentación.Me acerco a ella, nuestros cuerpos entrelazados en un baile de lujuria, nuestros labios encerrados en un apasionado beso.A medida que nos desnudamos, su cuerpo deja ver toda su belleza, cada curva y contorno doliendo de atención.Ella ansiosamente toma mi hombría en su boca, sus manos hábilmente acariciándola mientras me hace una garganta profunda. La visión de sus pequeñas tetas rebotando con cada embestida me envía a un frenesí.Continuamos nuestro romance ilícito, nuestros gemidos resonando en la casa vacía, hasta que fueron pillados por su padre.Pero nada puede calmar nuestra lujuria.Continuamos nuestra escapada, nuestro deseo el uno por el otro solo se fortalece con cada toque prohibido.