Mi mujer llevaba un deseo secreto por el miembro palpitante de sus vecinos.Su hombría no es nada menos que impresionante, y llevaba añorando la gana.Un fatídico día, decidió hacerle una visita, armada con su dildo favorito.Cuando entró en su morada, el aire era grueso con la anticipación.Lo provocaba con sus voluptuosas curvas, su amplio pecho y su delicioso coño, desencajándolo salvajemente de lujuria.No perdió tiempo en hundir su palo en ella, sus manos explorando su peludo tesoro.La vista de ella rebotando en su polla, sus tetas se balanceaban, fue suficiente para enviarlo al límite.Él estalló dentro de ella, su esencia caliente rellenándola.La visión de su brillando coño, adornado con su leche, fue un testimonio de su encuentro carnal.El sabor de su semilla, el recuerdo de su tacto, y la vista de su cuerpo rasurado dejó su año para más salvaje.
