Es culpa de mi esposa que nos permitieran tomar a nuestro inquilino loco e ir a un lugar sospechoso. La embaracé y tuve sexo sin protección con ella, lo que implicó una corrida interna. Las fantasías de nuestras esposas posaron sus ojos en nuestros cuerpos afeitados y curvilíneos mientras rotabamos turnándonos para disfrutarlos.