Mi esposa y yo tenemos una vida sexual bastante caliente.No nos importa ponernos un poco salvajes y morbosos en el dormitorio.Un día, decidimos subirlo hasta una muesca y probar un poco de follada intensa.Empezamos con algo de acción de rasgado de ropa, solo para agregar un poco de excitación extra.Luego, pasamos a una seria follada de coño.La vagina húmeda de mi esposa esperaba ansiosa mi enorme polla.La penetré profundamente, haciéndola gemir de placer.Pero aún no habíamos terminado.Empecé a meterle el puño en su apretado coño, estirándolo hasta sus límites.El dolor y el placer se mezclaron, haciendo que su experiencia fuera aún más intensa.No paramos allí.Seguimos nuestro viaje salvaje, follándonos duro y profundo.Al final, ambos estábamos completamente agotados y satisfechos.¡Tres aplausos por nuestra intensa sesión de follar!.