Celebrar mi cumpleaños fue algo más que una tarta y regalos.Tenía en mente una sorpresa especial: una joven despampanante de 18 años que estaba ansiosa por perder su virginidad.La cámara capturaba cada momento en alta definición mientras me daba ansiosamente una mamada, su pequeña boca trabajando hábilmente en mi palpitante miembro.Su inocencia era palpable, su curiosidad irresistible.Era una visión de belleza, su pequeño marco temblaba de anticipación mientras la tomaba por primera vez.El éxtasis de su primera experiencia era tangible, sus gemidos llenaban la habitación mientras la devastaba.La vista de ella, extendida ante mí, su cuerpo retorciéndose de placer, era un espectáculo para contemplar.Era un cumpleaños que nunca olvidaría, un recuerdo grabado en la mente de todos los que lo presenciaban.