Es uno de esos días en que un joven ladrón es atrapado dentro del garaje del policía y ahora es hora de que él pague el dinero. El oficial, un pervertido hambriento de sexo, aparece en la escena y sugiere hacer el trato, atendiendo su enorme polla. Sabiendo cuánto me odia y que la enviaré a la cárcel, la adolescente chupa y monta con gusto la gran polla del policía.