Después de algunos intentos fallidos de juego anal, mi cónyuge y yo decidimos darle otro disparo.Siempre hemos sido abiertos de mente a la hora de explorar nuevas aventuras sexuales, y esta no fue la excepción.Comencé por tentarla con mis dedos, provocando la entrada a su apretada puerta trasera.Ella gimió al principio, pero pronto fue invitando con ansias mis dedos más adentro.Seguí con mi miembro palpitante, deslizándolo en su ansioso trasero.Ella soltó un gemido de placer al tomarla en un baile rítmico, golpeando todos los puntos correctos.La habitación resonó con nuestros gemidos de éxtasis al follarle su culo, mi mano explorando sus otros puntos calientes sensuales.El placer fue abrumador, y ambos nos vimos perdidos en el momento, nuestros cuerpos moviéndose en perfecta armonía.Al llegar a nuestro clímax, nos quedamos gastados y satisfechos, nuestros cuerpoes todavía entrelazados.La experiencia fue intensa, satisfactoria, y nos dejó a ambos anhelando más.