Una hermosa y lujuriosa dama musulmana que lleva el hijab se involucra en golpear a los exhibicionistas. Ella masturba sus vergas erectas con prudencia todo el tiempo manteniendo su apariencia 'santa'. Esta estimulación es la misma que la necesidad narcisista de exposición, pero esta última no está tan estrechamente vinculada a sus apetitos carnales como la primera.