Una madrastra le dice al hombre que está a un lado que se mantenga alejado, no debe hacerle el amor de manera que eyacule en su útero en caso de que el esposo lo encuentre

Esta historia surge de la fantasía de la madrastra de montar la gran polla de su amante sin que nadie lo sepa. Mientras ella maneja magistralmente su líquido preseminal, lo embiste hábilmente, sin embargo, para mantenerlo todo secreto, podría ser más difícil hacerlo en furgonetas.