He estado albergando un deseo secreto por mi hijastro desde que creció.Su enorme hombría es demasiado seductora para resistirse, y siempre está en plena exhibición.Cada vez estaba sola, no puedo evitar fantasear con montar su colosal verga.Y finalmente, llegó el momento en que no pude contenerme más.Sabía que estaba mal, pero el atractivo de su miembro mamut era demasiado poderoso.Me cedí a mis urgencias primarias y me di el placer prohibido de montar esa enorme verga.El éxtasis era abrumador, y sabía que estaría deseando más.El sabor de su hombría, la sensación de sus embestidas, era demasiado para manejar.Pero sabía que no podía parar.El riesgo, la emoción, el placer, todo valió la pena.Y a medida que continuamos nuestro asunto ilícito, sabía que no había vuelta atrás.