Después de un largo y agotador día de trabajo, mi empleador me atrapó cayendo de un tirón y decidió darle un pedazo de su mente.Pero en vez de reñirme, comenzó a provocarme, diciéndome que soy demasiado gorda y que nunca nadie me desearía.Poco sabía, estaba igual de cachonda que él.Así que, para callarlo, decidí mostrarle de qué soy realmente capaz.Le ofrecí una mamada, que él aceptó con ansias.Tomé su gran polla negra en mi boca y le di la mejor garganta profunda de su vida.Luego, me agaché y dejé que me follara por detrás.Su polla gorda se deslizó en mi apretado coño, haciéndo me gemía de placer.Me folló duro y profundo, logrando que me corriera una y otra vez.Cuando estuvo listo para correrse, me bajó las bragas y disparó su carga directamente en mi gordo coño.¡Qué encuentro tan caliente!.