Kiras, una impresionante joven ardiente, nunca se había entregado a la emoción de un encuentro grupal.Su ingenuidad e inocencia eran sus mayores atributos, convirtiéndola en la candidata perfecta para un viaje salvaje y rudo.Los hombres, ansiosos por reclamar su fresco y apretado abrazo, se turnaron hundiendo en sus ansiosas profundidades, sus embestidas implacables e inquebrantables.Sus delicados pétalos pronto quedaron destrozados por sus salvajes deseos, dejando boquiabiertos su arbusto rosa y anhelando más.Sus instintos primarios tomaron el relevo, llevándolos a explorar cada centímetro de su luminoso cuerpo, sus lenguas trazando sus curvas y sus dedos ahondando en sus ocultos tesoros.Su baile carnal continuó, cada hombre tomando su turno para reclamarla, sus cuerpos entrelazados en un apasionado frenesí.El clímax fue explosivo, su caliente y pegajosa esencia revistiendo su impecible piel, marcándola como su conquista.Kiras, se quedó sin aliento y embrujada por su primer sabor a tal éxtasis, sabía que esto era solo el comienzo de su viaje erótico y salvaje.