Siempre he tenido una cosa para mi hijastro, y no solo por su impresionante paquete.Llevo un tiempo ansiándolo, y hoy fue la oportunidad perfecta para hacer mi movimiento.Cuando estuvimos a solas en la oficina, no pude resistirme más.Me agaché sobre el escritorio, dándole una vista perfecta de mi gran y jugoso coño.No perdió tiempo, bajando el cierre de los pantalones y acariciando su palpitante polla.Con entusiasmo lo tomé en mi boca, chupándolo con entusiasmos.Después de unos minutos de garganta profunda, me volteó y se hundió en mis pliegues húmedos, follándome duro por detrás.La sensación fue abrumadora, y en poco tiempo, me llenó con su caliente y pegajosa leche.Era exactamente lo que había estado soñando, y sabía en ese momento que mi hijastro era la elección perfecta para mí.